Hace tiempo llegué a la conclusión de que si no estás no existes. Sí, sí, has leído bien. No creas que se me ha ido la cabeza o que me he vuelto un libre pensador filosófico. Es mucho más simple.
Vivimos en un diario con muchísima actividad, con muchísimos impulsos, muchísimos eventos y, en la mayoría de las ocasiones, bastante cansados de apariciones públicas y/o asistencia a eventos.
El problema viene cuando ese cansancio nos hace dejar de existir y, en definitiva, nos lleva a dejar de acudir a lugares, reuniones, eventos, charlas o presentaciones a las que nos convocan y por pereza declinamos la asistencia.
El trabajo de los autónomos y empresarios va directamente relacionado en gran medida a la capacidad que tenemos de generar eso, relaciones. Son trabajos y actividades, en las que, aunque pensemos que nuestro modelo de empresa es perfectamente escalable, la mayoría de nuestros clientes o prescriptores lo identifican con nosotros.
Por ello, nosotros somos los principales promotores y comerciales de nuestros negocios y de esa manera llegué a la conclusión de que, si no recibía más negocio, quizá es porque había dejado de asistir a foros en los que se generaba ese negocio y, por tanto, estaba empezando a dejar de existir.
En ese momento lo primero que me vino a la cabeza fue, ¿Cómo puedo volver a existir sin necesidad de abandonar en exceso mis hobbies y mi familia? La respuesta fue rápida y sencilla. Había que trazar un plan, una estrategia. Había que organizarse.
Lo primero es, al menos, un par de veces al año, dedicar un rato largo a analizar esta estrategia, no hacerlo al tun tun. Es necesario analizar la “rentabilidad” de los actos, eventos y reuniones en las que participas, ya que en muchas ocasiones costará trabajo, esfuerzo e incluso dinero, por lo que será necesario que nos merezca la pena.
Por ejemplo, Navidad y verano son buenas épocas para analizar cuales son nuestros objetivos de los próximos meses si lo que quiero es visibilidad, promocionar un producto concreto, relaciones, conocer a alguien estratégico para mí, etc.
Una vez que tengo claro el objetivo, debo pensar en que tipo de foros y/o redes, incluso sociales, debo moverme para realizarlo. Y una vez hecho esto, empezar a actuar, pero sin exceso. Tanta desconfianza provoca no existir, como existir demasiado.
El networking es algo fundamental en nuestra vida pero hay que preocuparse mucho por ver la imagen que proyectamos y prepararse para mostrar nuestro mejor yo. Presencia, credibilidad, educación, saber estar, y sobre todo ser útil a los demás. En el momento que te preocupes por la gente, la gente querrá saber que necesitas. En definitiva, dar para recibir, ofrecerse, para que se te ofrezcan.
Como resumen, llegué a la conclusión de que la vorágine de la actividad diaria puede en ocasiones empañar otras actividades igual de importantes a las que hay que dedicarle el mismo tiempo.
Participa en foros de networking, en presentaciones, en reuniones de asociaciones, de colectivos… y EXISTIRÁS.